RSS
Facebook
Twitter

Tuesday, September 25, 2012


Hoy cruzamos el mundo para hablar con Gabriel Prinsich, paranaense residente en Nueva Zelanda…


¿Te fuiste un poco lejos no?
Lejos… bueno, es sólo un viaje en cole de 7 horas hasta Buenos Aires, unas 16 horas más de vuelo a Sídney y otras 3 horas de vuelo hasta Auckland, Nueva Zelanda. No tenía dimensión de las distancias y del tiempo cuando emprendí este viaje pero, hoy por hoy, no me caben dudas... estoy al otro lado del mundo. Mi viaje ha sido largo y aun siento que estoy a medio camino de encontrar lo que vine a buscar.

Exactamente, ¿Dónde estás viviendo ahora?
Actualmente vivo en un pueblo muy pequeñito que se llama Ohakune y que se encuentra a 12 kms del Monte Ruapehu en el centro de la isla norte de Nueva Zelanda y en el cual se encuentra uno de los dos centros de esquí más importantes de la isla. Ahora es pleno invierno y el pueblo basa su existencia en la temporada de esquí, recibiendo turistas, no sólo locales, sino viajeros de todas partes del mundo.
 
 
¿Cómo surgió la posibilidad de irte a vivir a Nueva Zelanda, porque digamos que es un destino poco común?
Hace un par de años y luego de mucho tiempo de posponer un viaje de este tipo principalmente por el estudio y el trabajo me inscribí en un programa de Work & Travel para viajar a Estados Unidos. Pase allá una temporada de invierno trabajando en uno de los centros de esquí más grandes de Lake Tahoe en California.
La vuelta a Paraná fue difícil y si bien seguí estudiando y trabajando siempre me quedaron las ganas de volver a viajar. En el 2010, haciendo un curso en Buenos Aires conocí a otro profe de inglés, quien me comentó de una conocida que tenía una empresa que se encargaba de armar estos tipos de viajes. El problema residía que las visas al exterior y las posibilidades de realizar programas de Work & Travel se limitan, básicamente, a la edad… y bueno para ese entonces ya estaba grandecito como para contar con muchas opciones (risas)!!!

Vista de Auckland
Al volver a Paraná escribí a la empresa Intereduca con la intención de realizar un programa de Asistente de Lengua en el Reino Unido para el cual ya había aplicado repetidas veces para una beca sin suerte alguna y si bien la opción a través de la empresa estaba abierta, ya era muy tarde para que pudiera acceder a la misma.
Entonces me informe de otras opciones que tenían que ver con lo que se llama Working Holiday Visas y que Argentina cuenta con varios destinos, ya que unos años atrás sólo podías ir a Irlanda y Nueva Zelanda.  Ahora se puede viajar también a Dinamarca y Francia. En mi caso, tenía dos opciones: la visa para Irlanda tenía requisitos monetarios mayores a la de Nueva Zelanda y como deseaba viajar lo más pronto posible, decidí que esa era mi única opción sabiendo muy poco sobre este país.
Llegar a obtener la visa fue un poco de suerte, mas ganas y ahorro… Nunca dude que se iba a dar y bueno acá estoy hace ya un año y medio.

Así que antes de Nueva Zelanda estuviste en EEUU… ¿Cómo te fue?
Entre el 2008 y 2009 viví en California, en otro pueblito diminuto de montaña llamado Kings Beach al limite de Nevada y al borde del Lago Tahoe por la temporada de invierno. Trabajé allá y eso me dio la posibilidad de una vez terminado mi trabajo en el centro de esquí viajar por un mes recorriendo Las Vegas, San Francisco, Los Angeles y Nueva York. 

Tips de Viaje en New York:

"The Magnolia Bakery", un negocio que a partir de aparecer en Sex & the City tiene colas todos los fines de semanas para conseguir una de sus famosas cupcakes. En la serie Miranda y Carrie aparecen fuera del negocio en la calle Bleecker, comiendo cupcakes, y Carrie le cuenta a Miranda por primera vez sobre Aidan.


Otra cosa que no podes dejar escapar, es ir a patinar a la pista de patinaje que arman en el frente del Rockefeller... si vas en invierno claro!



Pero volvamos a tu experiencia actual… ¿Te bajaste del avión y qué hiciste?
Tirarme la mochilita al hombro, no cerrar los ojos ni un segundo para no perderme de nada y esperar un poco que las posibilidades se den mágicamente y la verdad he tenido mucha suerte. Como te decía, no tenía la menor idea de a dónde me venía y qué me depararía este país. Sólo tenía mi vuelo y una reserva en un hostal en Auckland por un par de días.
Desde Ezeiza ya me había unido al grupo de chicos que viajaba en la mismo vuelo y terminamos todos alojados en el mismo hostal y emprendiendo el viaje juntos. No sé si fue el destino o nosotros lo torcimos un poco para afrontar el desafío juntos… pero la verdad se armó un muy buen grupo de viaje con las mismas ganas de explorar lo desconocido.

Dicen que los comienzos nunca son fáciles…
Creo que el comienzo del viaje fue una de las mejores experiencias que he vivido y de alguna manera era exactamente lo que estaba buscando: encontrarme en un lugar completamente distinto a Paraná, sin planes algunos y enfrentando algo absolutamente desconocido. Nunca he sido muy bueno haciendo planes y ésta no fue la excepción en ningún momento… (risas).

Has estado viviendo en Te Puke y en Ohakune y en Mount Maunganui. ¿Qué hacías ahí?
Web: Kiwi 360
Te Puke fue nuestro primer destino apenas salimos de Auckland. Es el lugar donde se encuentran las mayores plantaciones de kiwis del país y eso implicaba trabajo seguro. Teníamos un par de números de empleadores con quienes contactarnos y bueno al abrirse la segunda puerta que golpeamos nos atendieron tres chicos argentinos que ya nos habíamos cruzado en Auckland y decidimos quedarnos con ellos.

Los primeros días en la casa y juntando kiwis fueron difíciles, llevó su tiempo acostumbrarse, el trabajo era muy físico y la paga por producción es directamente proporcional a lo que recolectas. Así que fue cuestión de ponerse las pilas y juntar tantos kiwis como se podía.
Equipo de trabajo haciendo una pausa
Tomó tiempo pero formamos buen equipo, aunque el clima tampoco ayudó, llovió durante todo el tiempo que estuvimos allí. Éramos un gran grupo de argentinos, franceses, indios y malayos que tuvimos la posibilidad de conocer mucha gente y hacer algo que nunca en la vida ninguno se hubiera imaginado.


Click para saber más de Ohakune
Una vez terminada la temporada en Te Puke decidimos irnos más al sur para pasar el invierno, en medio terminamos en Ohakune, donde estoy viviendo actualmente, sabíamos por conocidos que había posibilidades laborales durante la temporada de esquí. Llegamos muy temprano al pueblo, algunos siguieron de viaje, pero 3 de nosotros nos instalamos ahí. Había trabajo pero había que esperar a la nieve y a los turistas. Mientras tanto me entretuve trabajando a cambio de alojamiento, algo muy común en Nueva Zelanda, trabajé en un bar y también en el campo, esta vez juntando chirivías…

¿Chirivías?
Sí, algo similar a una zanahoria pero blanca, una hortaliza que no había visto en mi vida.
Este fue probablemente el peor trabajo que realice, arrodillado en el barro llueva, nieve o truene juntando chirivías. Como era de esperarse no duré mucho. Trabajé en un bar por el fin de semana de Mardi Gras, (es el evento más importante del año y que marca el comienzo de la temporada de invierno) y luego ya comencé a trabajar haciendo pizzas en el único restaurante italiano del pueblo, toda una institución por que existe hace más de 20 años.
Luego de cinco meses de arduo trabajo: haciendo pizzas y también en un hotel por las mañanas, era tiempo de descanso. Nos tomamos 2 semanas de vacaciones en Fiji -uno de mis grandes sueños- y 2 semanas más recorriendo la isla sur del país.


De vacaciones en Fiji

Llegó el verano y así fue como termine en Mount Maunganui (donde están las mejores playas). Trabajé en un restaurante italiano “Vivo” que pertenecía a una pareja de romanos que hacia 8 años se habían instalado en Nueva Zelanda y que no sólo me enseñaron a cocinar sino también a “putear” en italiano, lo cual se ha convertido en mi lenguaje cotidiano.
Después de unos meses, “Lina y Gabrielle” decidieron vender el restaurante y volver a Roma con su familia. Tuve la suerte que los brasileros que compraron el restaurante hoy “Mamma Mia” decidieron contratarme, así que trabajé la temporada y posiblemente vuelva con ellos este verano.  

De profesor y traductor de inglés a pizzero, un cambio brusco, ¿no?
El Maestro de la Pizza: trabajando con alegría
Algo así, pase de correr de una escuela a otra en Paraná todo el día, a pasar mis noches al calor del horno de pizzas y aprendiendo el trabajo de un restaurante. La verdad que de alguna manera esto se ha convertido en lo que venía buscando, puede ser cansador y rutinario igual que cualquier otro trabajo y, por supuesto, dada mi naturaleza, no dejo de quejarme pero enfrentarme y tener la posibilidad de hacer otro trabajo completamente distinto al mío y estar dispuesto a aprender algo totalmente diferente ha sido una de las mejores experiencias que este viaje me podía ofrecer. Trabajar en otro ambiente, en un país diferente nos brinda la posibilidad de convertimos en parte del lugar, de sus costumbres, de su cultura y principalmente de su gente.

En las fotos se te ve súper feliz, ¿Extrañas Paraná?
Amigos de Paraná
Estar buscando diferentes trabajos de acuerdo a la temporada, mudarse continuamente y enfrentar nuevos desafíos puede ser desgastante pero a la vez creo que es ese continuo movimiento el que me dibuja una sonrisa en la cara, el no quedarme quieto. No es fácil estar lejos de casa y si bien por momentos pienso seriamente en volver, hay muchos otros que no me imagino en Paraná más que de visita. No puedo negar cuanto extraño a la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, mis alumnos y por supuesto las muy bien conocidas calles de Paraná!

¿Cuánto tiempo llevas fuera?
Aunque volví a Paraná hace un par de meses a ver a mi familia, hace ya un año y medio que vivo en Nueza Zelanda, lo que en realidad no es mucho tiempo, aunque pueda pesar a veces, pero siento que aún hay muchas cosas por hacer y posibilidades de viaje, hoy por hoy, no pienso en volver. Ahora está la opción de ir al mismo restaurante que trabajé el verano pasado y después tengo algunos proyectos de viajes que estoy intentando cumplir desde acá. Siento que hay mucho por hacer, así que creo que mientras me sienta cómodo y siga aprendiendo y creciendo, acá me voy a quedar salvo que el extrañar sea más fuerte. 

¿Cómo es la gente? ¿Cómo recibe a los extranjeros? 

 

Nueva Zelanda tiene este programa de visas abierto a muchísimos países por lo que es muy común encontrarse con gente de todo el mundo, un muy alto porcentaje de la población es de extranjera. Es un país joven y por más que muchos se consideren ya locales, muchos de ellos no son oriundos de aquí, aunque llevan viviendo muchos años. 
Nunca sentí diferencia por ser inmigrante, salvo aquellas diferencias normales que tienen que ver con el idioma, el acento y los propios hábitos del país. 

Alguien ve esta foto y piensa en: libertad, no limites… ¿Vos qué sentís?
No creo que haya otro lugar que inspire más libertad que éste; es la punta de la isla norte donde choca el Mar de Tasmania y el océano Pacifico. No se ve civilización por kilómetros y kilómetros hasta que se llega a un acantilado con un faro y de ahí hasta el infinito.

 ¿Qué te depara el destino? 
Iba bien con la entrevista hasta que llegue a esta pregunta, la más complicada de todas supongo. No tengo la menor idea que me depara el destino como no sabía lo que me deparaba mi viaje hasta acá. Espero que lo que el destino me tenga guardado sean más viajes y más desafíos. La verdad no tengo muchos planes a futuro más que viajar y seguir trabajando. Lo que si espero es no dejar de tener nunca la posibilidad de seguir exponiéndome a lo desconocido, al menos hasta que el miedo me venza, y seguir probando que se puede explorar y crecer, aunque uno tenga que cruzar el océano! 

Tips de viaje Nueva Zelanda:


Realizar la excursión a Wai-O-Tapu (en Maorí Agua Sagrada) es una zona activa geotermal situada al norte de la caldera Reproroa en la zona volcánica de Taupo.  Para más información visita la web y enterate de más cosas.

También hay una hermosa excursión en barco por el Mar de Tasmania. Y hacer trekking en el glaciar Franz Josef!



 Tip para solicitar la Visa de trabajo:

Wai-O-Tapu
La visa Working Holiday se entrega por internet para argentinos, una vez al año generalmente en octubre en un día en particular y con sólo un cupo de mil visas.
Pueden entrar a la página de Intereduca que es una de las empresas que se dedica a organizar los viajes y en la web tienen toda la información.

Por ejemplo algunos de los requisitos para solicitar un lugar son:
Tener entre 18 y 30 años, saber inglés, poseer estudios terciarios, o haber completado exitosamente al menos dos años de estudios universitarios de grado y reunir los requisitos médicos. 


Muchas gracias Gabi, ha sido un placer conocer tu experiencia y te deseamos lo mejor!!




0 comments:

Post a Comment