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Monday, October 28, 2013

Alejandra Domínguez: Un sueño granadino


Dejó su Paraná, rumbo a Suiza, siendo sólo una adolescente. En la actualidad, vive en Granada, trabaja como responsable de marketing digital para la consultora Konvertys y con tan sólo 25 años, fundó su propia empresa “Rent your room” (alquila tu habitación).



Alejandra Domínguez partió de Paraná destino a Lausanne (Suiza) junto a su mamá y su hermana Ana en marzo del 2002 a causa de la crisis económica, reuniéndose con el resto de la familia a fines de año. Habla francés e inglés, realizó parte de sus estudios en la Universidad de HEC en Montreal, al ganar una beca y se graduó el año pasado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Granada, ciudad andaluza donde reside actualmente. Este año se lanzó al mundo empresarial con su empresa “Rent your Room”.

Emigraste a Suiza junto a tu familia ¿Manejabas el idioma? ¿Cómo es la vida allá?
Por suerte, en cuanto al francés no tuvimos muchos problemas, antes de viajar tomamos clases en Paraná con una profesora y cuando llegamos estuvimos tres meses en una escuela de francés y luego mi hermana y yo nos incorporamos a las clases normales.
Suiza es un país fuera de serie en todo sentido. Muy limpio, ordenado, la gente es excesivamente  puntual y el nivel educativo es excelente. Es totalmente distinto a Argentina o España, quizás sea una vida demasiado tranquila. La síntesis de la vida en Europa, en general, sería “con mucho menos, haces mucho más”, acá las posibilidades son infinitas, es accesible estudiar idiomas, viajar por todos lados (mucho tienen que ver las cortas distancias), al contrario de Argentina, en donde las distancias son más largas y se necesita bastante dinero. Creo que nunca hubiese podido conocer todo lo que conozco viviendo en Paraná.

A los 17 años decidiste irte a España para finalizar la secundaria ¿Sos consciente que eras una adolescente?
Creo que nunca fui realmente consciente de lo que hacía con la edad que tenía. Cuando decidí irme a España no pensaba que tenía 17 años recien cumplidos, solo pensaba que quería terminar la escuela y me sentía preparada para irme. Siéndote sincera, si hubiese estado en Argentina no creo que hubiese hecho algo así, pero el irte de tu país te hace madurar más rápido. Le estaré siempre agradecida a mi tío (él le decía a mi mamá que nos viniéramos a Suiza) y a mi mamá por haber tomado la gran decisión de emigrar y a mi papá por habernos seguido, puesto que he aprendido y he vivido muchísimo de nuestras experiencia aquí. Aunque también, siempre me pregunto cómo hubiese sido mi vida en Paraná si no nos hubiésemos marchado.

Vivías en Andalucía ¿En qué ciudad?
Para terminar la secundaria, alquilé una habitación en Cádiz, en la casa de una señora llamada Ana, quien fue una mamá postiza durante esos años. Hoy, es un miembro más de la familia. Viene a Suiza a pasar las fiestas con nosotros y siempre que podemos vamos a visitarla.
El primer año de escuela fue quizás un poco duro, extrañaba a mi familia, pero de a poco me fui acostumbrando, y mis padres venían a verme y cuando podía viajaba a Suiza.

Y después cuando finalizaste la secundaria ¿Dónde hiciste la universidad?
Terminé y volví a Suiza un año a estudiar inglés (cinco horas diarias durante seis meses) y a trabajar (otros cincos meses en un supermercado) para poder pagarme una parte de los gastos que suponía el volver a España y comenzar la universidad en Granada.

¿Por qué elegiste Granada para estudiar?
Me matriculé en la universidad de Málaga y de Granada, y al final me decidí por está última, ya que mi novio es granadino. Pero eso no nos aseguraba estar juntos, en ese entonces, él era profesor interino, por lo que no sabíamos en qué ciudad le tocaría trabajar, en sus 8 años como profesor de piano en el conservatorio, nunca lo habían trasladado a su ciudad, y el mismo año en que comencé la facultad, le asignan Granada, creo que fue el destino quien nos unió. Al principio cada uno vivía en su casa, pero luego decidimos compartir techo y desde entonces no nos hemos separado.

¿Serás una persona muy independiente, ya que has vivido sola en tu adolescencia, imponiéndote tus propias metas y sin tener a nadie recordándote tus obligaciones?
Desde el primer día que me fui de casa, sabía que mi principal objetivo era aprobar todas las materias y sacar buenas notas, para compensarle a mi familia el esfuerzo económico que hacían por mí. Lo mismo durante mi etapa universitaria, todas mis fuerzas han estado enfocadas en los estudios, y gracias a dedicarme a pleno durante todo el año, luego podía disfrutar de dos meses de vacaciones, las que ocupaba  para pasar el tiempo con mi familia y viajar.
Pero nunca me he sentido sola, mis padres siempre han estado apoyándome y mi novio, ha sido y sigue siendo la piedra angular de mi vida.

De Paraná a Suiza, pasando por España, luego Ginebra, una escala en Montreal y vuelta a España ¿Qué es lo más duro del desarraigo?
Los seres queridos es lo que más se extraña. Qué lindo sería meterlos en una valija y llevarlos donde quiera que uno vaya, pero es algo irreal.
Cuando nos fuimos a Suiza a vivir, sufrí el estar lejos de mi papá y en segundo lugar, de mis amigas, de la escuela y la ciudad en sí. Pero a los pocos meses mi papá, su mujer y mi hermanita se instalaron en Suiza. En cuanto a mis amigas, por suerte, tengo contacto diario con muchas de ellas, siembre hablamos, y las que pueden, han venido a verme, por lo que sigo manteniendo una gran amistad. Lo más duro que una persona puede vivir, es perder a alguien amado. En el 2001, falleció mi abuela paterna, creo que si ella no hubiese muerto nunca nos hubiésemos ido de la ciudad, ya que era todo para nosotros.

¿Qué consejo les darías a los jóvenes con inquietudes similares a las tuyas?
Creo que hay que tener las cosas claras, es decir, saber lo que uno quiere y luchar mucho por ello, lo que significa, trabajar o estudiar muy duro, para conseguirlo. Si uno es buen hijo y hace las cosas bien, los padres siempre estarán ahí para apoyarnos.

Tu vida universitaria no ha sido para nada ordinaria: ganaste 2 becas, lo que te permitió realizar parte de tus estudios en Canadá y en Ginebra. Además fuiste la oradora representante de la comisión en la gala de graduación. Contános un poco sobre tu experiencia estudiantil.

Obtuve dos becas, primero la de Eramus, que consistía estudiar un año en Ginebra (2011-2012) y en agosto de ese mismo año, fui a Canadá por 5 meses a la Universidad HEC de Montreal. Allí me eligieron como mejor embajadora por haber representado a mi universidad (Universidad de Granada) en una expo estudiantil, donde cada institución tenía su stand para captar nuevos alumnos de todo el mundo.
También gané un premio junto con una compañera, al crear una empresa ficticia llamada “Be Ready”.


Pero ahora, en la vida real, y con tan sólo 25 años, tenés tu propia empresa “Rent your Room” ¿A qué se dedican?
“Rent your Room” (alquila tu habitación), es una inmobiliaria virtual dirigida principalmente a estudiantes y profesores extranjeros que se encuentran preparando su estancia en Granada.
Se caracteriza por ofrecer viviendas modernas, acogedoras y bien situadas. Nos diferenciamos por establecer un precio “todo incluido” (agua, luz, calefacción, teléfono e Internet) a través de un contrato de alquiler totalmente flexible. Aprovechamos la gran cantidad de alumnado extranjero que recibe la Universidad de Granada, y les ofrecemos a los alumnos/profesores la posibilidad de encontrar alojamiento antes de que comiencen con su  estancia oficial, lo cual supone un gasto suplementario si se decide hacerlo una vez llegados a la ciudad. Ahora a través de nuestra web corporativa (www.rentyourroom.es) el cliente, desde su país y antes de viajar, puede encontrar diferentes imágenes y vídeos de viviendas totalmente amuebladas y estratégicamente situadas.


Como has dicho, vivir en Europa te ha dado la posibilidad de viajar a diversas ciudades y lugares. De todos esos viajes, hay uno que tiene una característica muy particular: “El Camino de Santiago”. De todas las rutas posibles ¿Cuál hiciste y junto a quién?


Junto con mi papá y mi novio, hicimos el camino comenzando en San Marino (100 kms antes de la llegada). Lo recorrimos a pie, en 4 días. Aunque también se puede hacer en caballo o en bici. Gracias a Dios, no tuvimos inconvenientes, nos llovió solo un día y los demás estuvieron fresquitos, ideal para caminar. Tampoco nos costó demasiado, lo bueno es que antes de hacerlo, hicimos una especie de entrenamiento, saliendo a caminar por Granada y mi papá, que viajó desde Suiza para unirse a nosotros, caminaba cada día en Lausanne, se notaba que él estaba mucho mejor preparado físicamente que nosotros (risas).

¿Tenés la credencial del peregrino?
Sí, la tengo bien guardada. Es un documento, escrito en latín y personalizado, que sólo se puede obtener al recorrer, como mínimo 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta/caballo. Como empezamos en San Marino, la pudimos solicitar cuando llegamos a Santiago de Compostela, ciudad donde está ubicada la Catedral.

¿Qué lo que más te gustó de la peregrinación?
Sin duda la llegada a la Catedral, la cual nos recibía imponente y majestuosa. Es increíble esa sensación. También nos encantaron los pueblecitos fantasmas a lo largo del camino con 5 o 10 habitantes. De todos modos, es el recorrido en sí, lo que se disfruta tanto como el momento de la llegada. 



Tip de viaje: Camino de Santiago
El Camino de Santiago es la ruta que recorren miles de personas con el fin de llegar a Santiago de Compostela, capital de la Comunidad Autónoma de Galicia, en la provincia de La Coruña, y así demostrar su devoción por el Apóstol Santiago, El Mayor. Ha sido el camino de peregrinación por cientos de años y hoy muchos lo consideran sagrado. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Si bien la ruta francesa, de 750 kilómetros, es el camino más transitado de todos y el original Camino de Santiago, para obtener La Compostela, (credencial concedida por el Cabildo Catedralicio que acredita que se ha hecho el camino en peregrinación), sólo basta con recorrer un mínimo de 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta o caballo y tener 2 sellos por día. 
Importante: Al llegar a la casa del peregrino, le preguntarán por el motivo del recorrido. Si se contesta que es turístico o deportivo, no se le concederá La Compostela, ya que propiamente es sólo para aquellos que han realizado el camino como una peregrinación en devoción al apóstol. 



Sunday, October 20, 2013

Homenaje al primer amor: las madres


Ser madre es armar incondicionalmente; es ser un pañuelo de mil lágrimas y caricias que calman. Para homenajear Carla Tista, Raquel Marcoantonio, Nieves Rial y Paola Ramírez, cuentan sus experiencias personales.


Una madre es mucho más que la mujer que lleva en su vientre una nueva vida. Es aquella que incondicionalmente ama a sus hijos sin esperar nada a cambio, es el hogar, la guarida, la red que sostiene, es un sentimiento eterno, profundo, fascinante, desgastante, irrenunciable, extraordinario y único. Una mamá es quien enfrenta cualquier adversidad por el bienestar de su hijo y aquella que elije a su hijo por sobre todas las cosas. Así lo demuestran las historias de estas cuatro mamás paranaenses, Carla Tista, Raquel Marcoantonio, Nieves Rial y Paola Ramírez. 

Carla y su hijo Agustín
Todo por ser mamá

Carla Tista es ex bailarina profesional y actual dueña del estudio de arte que lleva su nombre, en Paraná. Durante siete años conoció el éxito junto al Ballet Nacional de Santiago de Chile, dirigido por la famosa Marcia Haydée, hasta que decidió poner fin a su carrera, en 2005, para ser mamá. “La razón más determinante que me llevó a tomar la decisión de retirarme del ballet profesional fue querer ser mamá. Sabía que mi profesión era incompatible con la maternidad, sobre todo estando lejos de casa. Los horarios de entrenamiento de una bailarina y las giras hacen que sea difícil ser una mamá presente”, cuenta Carla.

¿Siempre soñaste con ser bailarina?
Siempre quise bailar, de chiquita aseguraba que sería bailarina profesional. Veía a las grandes bailarinas argentinas y sabía que eso quería hacer. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que era un camino difícil, sobre todo para la mujer, ya que son muchas las que comparten el mismo objetivo y pocos los espacios dentro de las compañías. Y era aún más complicado para las chicas del interior del país, como fue mi caso. Pero nunca perdí el deseo, esas ganas de llegar, y con mucho trabajo lo logré.

¿Qué se siente bailar sobre un escenario con la platea llena?
Cada vez que me subía al escenario del Teatro Municipal de Santiago, en Chile, sentía que estaba viviendo un sueño: la inmensidad de la platea y la belleza del escenario. La mayor satisfacción fue la primera vez que bailé como parte de la compañía, creo que jamás voy a olvidar esa sensación y sin duda la mayor tristeza, fue mi última función.

¿Recordás tu embarazo?
Fue perfecto, pero no así el parto. Rompí bolsa y tuve casi 12 horas de trabajo de parto para terminar en una cesárea. Pero es lo que tiene de extraordinario la maternidad, que ni siquiera tengo recuerdo del dolor ni de esas horas interminables.

¿Ser madre te realizó como mujer?
Si bien amo a mi familia y a mi hermoso niño, dejar de bailar fue una decisión muy difícil. En un primer momento, creí que había perdido mi identidad, no sabía quién era más allá de ser la mamá de Agustín. Pero gracias a la apertura del Estudio de Danza, aquí en Paraná, pude canalizar todo el amor que tengo por esta actividad y compartir la vida junto a mi hijo y mi familia. Soy realmente feliz porque puedo transmitir mi experiencia a chicos que sueñan con llegar a ser profesionales de la danza. Los aplausos, ahora, los reciben mis alumnos y me da plenitud ser parte de ese proceso. Ser mamá me hizo experimentar el amor en su máxima expresión, sentir que ya no sos la prioridad sino que hay otra personita que marca tus tiempos. Ahora Agus es más independiente, pero el vínculo que existe entre ambos es mágico. Cada vez que me mira, ya sé en qué está pensando, no hacen falta palabras para entendernos.


Mamá, contra toda adversidad

Raquel y su hija Yamila

Raquel Marcoantonio fue docente por 25 años en escuelas especiales para personas con marcada discapacidad intelectual. Fundadora del Hogar Jardín Florido, destinado a atender a personas no videntes, ambliopes y con necesidades especiales, fue galardonada con el premio León al Servicio, en 2012. 

¿Cómo surgió la idea de crear la Fundación?
Surgió por experiencia personal. Mi madre quedó ciega cinco años antes de morir y no había ningún centro especializado en la provincia que cuidara de las personas no videntes. Además, mi hija también quedó ciega luego de nacer. El hogar no es sólo un centro de atención, es una gran familia en la cual residen diez personas, de las cuales cuatro están bajo mi tutela, por eso me llaman “mamá del corazón”. 

¿Cómo fue tu experiencia de ser madre?
No fue fácil, Yamila, mi segunda hija, al nacer estuvo 42 días en incubadora y perdió la visión por un mal empleo del oxígeno. Al darle el alta, no detectaron nada extraño pero cuando llegué a casa y la observé me di cuenta de que siempre miraba hacia abajo, en mi interior sentía que algo no andaba bien. Al llevarla al oftalmólogo, le diagnosticaron fibroplasia retrolental con desprendimiento de retinas, es decir,  estaba completamente ciega. Fue muy duro, porque si bien la docencia me preparó académicamente para enseñar a chicos discapacitados, uno nunca piensa que le va a suceder con un hijo.

¿Cómo fue su niñez?
A pesar de las adversidades, Yamila tuvo una infancia feliz junto a su hermano mayor. Aprendió a percibir con sus manos, lee en Braille perfectamente; recuerdo que la invitaron a participar en una escuela para mostrarles a los alumnos la manera en la que leen los ciegos, estaban atónitos y admirados, no comprendían cómo era capaz de leer desde un libro lleno de puntos.

¿Qué sentís al verla valerse por ella misma, trabajando y estudiando?
Estoy orgullosa, finalizó la secundaria con medalla de honor y estudió informática para ciegos en la facultad. En la actualidad es la vicepresidenta de la Fundación. He vivido toda mi vida para mi hija y para mis niños, pero no reniego de eso, sé disfrutar de los pequeños momentos, porque la vida y la felicidad se componen de esos instantes de alegría que hay que saber disfrutar con los seres amados.


Mamá a los 40

Paola y sus hijos: Lucas, Renato, María Vicentina y María Oliva
Paola Ramírez es profesora de pilates y a sus 40 años fue nuevamente mamá, está vez, de gemelas. 

¿Cómo es tu experiencia con la maternidad?
Cuando Lucas, mi primer hijo, tenía dos años, decidimos buscar el segundo, lo cual nos llevó cinco años y numerosos tratamientos. En el primer intento de inseminación asistida logré quedar embaraza pero lamentablemente perdí el bebe a las pocas semanas. Así fue como me detectaron trombofilia, por lo que al segundo intento lo complementamos con un tratamiento riguroso de heparina, pero no dio resultado. 

¿Qué significaba para vos no poder quedar embarazada?
Fue muy duro psicológicamente, sólo surgían trabas, recuerdo que pensaba que no iba a ser capaz de volver a ser madre y físicamente fue durísimo debido a las inyecciones diarias de hormonas y heparina. Probamos una tercera y última vez, y así fue como llegó Renato. Me sentí realizada, éramos cuatro, teníamos nuestra familia armada y constituida.

Habías dado por finalizada la búsqueda y cuatro años después llegaron las niñas. ¿Cuándo te diste cuenta de que estabas embarazada?
Había retomado mi vida de mujer, volví a bailar que era mi sueño, tomé clases en un estudio de ballet y regresé a mi trabajo. Pero a finales de 2012 ya tenía un atraso, nunca creí estar embarazada, pensé que era una cuestión de estrés laboral, agregado a que estaba por cumplir 40 y era lógico que algunas hormonas empezaran a fallar. Tomando mate con mi madre, de repente sentí nauseas y en mi interior supe lo que ocurría. Corrí a la farmacia, compré un test y dio positivo. En ese instante, un volcán de emociones encontradas estallaron dentro de mí, lloré sin parar y sólo pensaba si iba a ser capaz de llevar adelante un embarazo sin los recaudos médicos que había tenido con mi segundo hijo.

¿En qué ecografía supiste que serían gemelas?
Las ecografías las hizo mi amiga Andrea Pérez, en la primera solo escuchamos un latido muy suave, porque el bebé no iba acorde a la edad gestacional. A la segunda, notamos algo que no estaba en la semana anterior, pensé que era una malformación del feto, pero Andrea comenzó a reírse y entre dientes, con una sonrisa nerviosa me dijo: “Paola son dos”; “¿Dos qué? si no late nada”, le respondí, y me contestó: “Ahí late uno y laten dos”. Lo primero que se me cruzó por la mente fue la frase del Padre Ignacio, en la época que iba a pedirle para poder quedar embarazada: “Esos pechos darán mucho de mamar”, y que razón tenía.

¿Qué hiciste al conocer semejante noticia?
Llamamos a mi marido al trabajo, pero él pensaba que le estábamos haciendo una broma. Estaba paralizada del miedo, era una sensación poderosa, mi temor era pensar que si un embarazo normal era riesgoso, éste al ser gemelas, padecer trombofilia y mi edad, era un coctel perfecto para que algo falle. En seguida, hablé con Isela Gottig, amiga y ginecóloga, quien casi se muere al enterarse de la buena nueva. Ambas fueron la calma que necesité cada día hasta el preciso momento de tener a mis hijas entre mis brazos, son excelentes profesionales, pero sobre todo amigas increíbles. Por eso las elegimos como madrinas

¿Cómo transcurrió el embarazo? 
Llevaba el embarazo día a día, llegué a la semana 36 con una herida de cesárea de tres milímetros, no se necesitó bisturí, al apoyar la pinza, el útero se abrió solo. No podía aguantar más.

El 4 de julio nacieron María Olivia y María Vicentina. ¿Cómo están ellas?
Increíbles, por un lado iguales hasta el punto de que para distinguirlas llevan aros diferentes, lo cual resulta muy útil para saber quién es quién en la madrugada. Y por otro lado, tienen personalidades muy distintas. Tenerlas es una alegría tremenda, aunque demanden 24 horas de atención. Lo gracioso es ir por la calle y que la gente me pare para felicitarme o para compadecerse. Aunque al final del día estoy exhausta, doy gracias al Señor por la hermosa familia que tengo.


Sobrellevando el dolor

Nieves y sus hijos: María Jose, Pedro y Jose Luis


Nieves Rial parece una mamá como cualquier otra, pero un terrible accidente marcó su vida. Juan Pablo, el tercero de sus cuatro hijos, falleció con apenas 13 años.

Han pasado 19 años de ese trágico 29 de mayo. ¿Cómo es tu vida después de esa noche?
Nunca se puede superar la muerte de un hijo, el dolor jamás desaparece, las fechas especiales aumentan mis recuerdos y me entristecen. Muchas veces sueño con él, que siempre sonríe, me abraza, me besa y lo acaricio con todo mi amor, aunque despierto y me embarga una profunda nostalgia que se mezcla con la alegría de haberlo sentido y la pena de su ausencia. Cualquier muerte nos afecta en menor o mayor medida. En mi caso, como madre puedo decir que la pérdida de mi hijo generó un impacto, es una de las emociones más negativas y fuertes que se puedan experimentar, no hay vivencia más dura que pueda atravesar una persona.

¿Cómo seguís adelante?
Junto a mi familia; todos nos sostuvimos en esta lucha por no dejar que nos agobie el dolor, mi esposo y compañero incondicional, y mis hijos: María José, Pedro  y José Luis. Para nosotros, Juan Pablo nunca dejó de estar presente, todos lo nombramos y lo recordamos diariamente. Mis nietas, cada vez que ven su foto, lo besan y me dicen qué lástima abuela que no lo conocimos”. 
Nunca dejaré de agradecer a todos los que me ayudaron y me ayudan, como mis amigas, y sobre todo a Dios que me sostiene cada día dejándome la certeza y la esperanza de reencontrarnos algún día.




Junto a mi mamá Graciela y mi hija Isabella
A mi gran primer amor: mi madre Graciela


Te agradezco por haberme dado la vida, por tus noches sin dormir y por regalarme infinitas sonrisas. Por todos los sana sana, por ese abrazo de esperanza y por el empujoncito que me faltaba. Por los "para mi sos la campeona" y los "hay que saber perder". Por amarme incondicionalmente y por perdonarme tantas veces. Gracias por ser generosa, desinteresada y por estacionar tu vida para dedicarme cada segundo del día. Por dejarme ir a vivir una aventura y por abrirme las puertas al volver, gracias por amarme y enseñarme a amar. Gracias por ser Madre mía y cuidarme toda tu vida.


Friday, October 18, 2013

Aproveché el fin de semana para visitar el barrio de La Boca, ya que albergaba el "Buenos Aires Market" y luego seguimos por el famoso Caminito para tomar un café y disfrutar del pintoresco recorrido.




Almuerzo en Buenos Aires Market

Buenos Aires Market es un bonito mercado de alimentos saludables, que convoca a los principales productores de alimentos orgánicos del país, un fin de semana al mes.

Lo genial, no fue solo el poder ver otro tipo de comida, sino de poder degustar "sin cargo" productos como "carne" de soja, tés, vinos, jugos naturales, muffins, quesos y embutidos de todo tipo, snacks saludables como frutas deshidratadas, entre muchísimas cosas más.


Lo segundo mejor, es que todos los productos se pueden comprar a precio promocional. Y no sólo es una publicidad, realmente cuestan un 20% menos que en los negocios. En mi caso, que soy amante del té en hebra, compré en el mercado unas mezclas espectaculares de la marca Heredia, la misma que se puede encontrar en los locales del Barrio Chino en Belgrano.

¿Qué productos hay?

¡Muchisimos! Aceites, cervezas caseras, cereales y semillas, frutos secos, especias, hongos, infusiones, legumbres, lácteos, panificados, mermeladas y dulces, flores con fines gastronómicos, pastas, plantas aromáticas, productos aptos para celíacos, vinos, etc.

Wok de trigo y verduras.
Excelente!
También dispone de puestos de comida vegetariana (macrobiótica, raw food, orgánica, fast good) para almorzar y merendar al paso o para sentarse en las mesas y disfrutar del día.

Además de los stands, el mercado ofrece charlas, talleres y clases de cocina, todo absolutamente gratuito.

Y para los más chicos, un espacio de arte y juegos donde pueden entretenerse mientras las mamás y los papás disfrutan del paseo.













Tips de los productos que me gustaron!
Junto al puesto de infusiones Heredia

Heredia y HRD son las marcas para las infusiones en saquitos y hebras respectivamente que se envasan en Buenos Aires desde 1995. Algunos de sus gustos: maracuyá, arandanos, frutos rojos, spring, chocolate y menta, mango, frutilla, clementina, etc.

Como toda mamá preocupada por sus hijos, encontré estas galletitas ideales para una merienda saludable. 
Las Smookies son elaboradas por Kidsfield, la alternativa perfecta para un snack nutritivo y delicioso.






Café en Caminito



Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.

Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.


La Boca y su Caminito son lugares singulares, extraordinarios, coloridos, rústicos, antiguos, bellos y folclóricos. Es el hogar de pintores, bailadores de tango, del gran Quinquela y de los miles de turistas que van y vienen caminando sus calles de adoquin.


Continuamos el paseo por este colorido barrio y empezamos por la famosa esquina donde está ubicado Havanna, cómo no tomar un cafecito acompañado de los mejores alfajores argentinos que durante tantos años extrañé cuando vivía en el exterior. El mejor souvenir por excelencia!


¿Qué es lo más bonito?
Sin duda, el color. 
Se puede entrar a los conventillos, hogar donde residían los inmigrantes genoveses, aquellos que dieron vida a este barrio y que le dio ese carácter ruidoso y melancólico. Los genoveses, trabajadores y solidarios, llegaron a formar numerosas instituciones de apoyo comunitario, editaron diarios y fundaron clubes deportivos y culturales. Su amor por el arte se ve en las paredes de las casas y en sus calles. 




Y si hablamos de arte y La Boca, hay que nombrar al famoso pintor Benito Quinquela Martín, quien se destacó por representar en sus obras la actividad portuaria de la época: los barcos, los obreros, el colorido de las casas, las grúas, los bares y las cantinas. 






Friday, October 11, 2013

Buenos Aires, lugares para visitar: Recoleta


Buenos Aires es una ciudad enorme con millones de actividades para realizar, y lugares para visitar. 
En esta oportunidad fui a la Recoleta: la Feria de Artesanos en Plaza Francia, el shopping de diseño y el Hard Rock Café.






FERIA DE ARTESANOS


El pasado domingo, fui a caminar y a gozar de un hermoso día en la Feria de Artesanos de la Plaza Francia.

Ubicada entre barrancas, árboles centenarios, una marea de turistas y porteños que se disponían a disfrutar del sol, el mate, los amigos y los espectáculos en el parque.

Plaza Francia es una lugar para ir desde la mañana hasta que cae el sol. Pasear o llevar una lona, el mate y sentarte a escuchar las bandas de música, o ver los espectáculos de los artistas callejeros. Un excelente plan para la familia o grupos de amigos!



Cómo llegar:

Dirección: Av. Pueyrredón y Av. Del Libertador.

Horarios: Todos los fines de semana y feriados, de 11.00 a 20.00 hs.

Colectivos: 17, 61, 62, 67, 92, 93, 10, 37, 38, 41, 59, 60, 95, 101, 102, 108, 118, 124, 130.



HARD ROCK BUENOS AIRES


Los amantes de la comida norteamericana y la música, tienen que pasar por el Hard Rock Buenos Aires.


Lo original de su decoración es, sin duda, la barra con forma de guitarra y la memorablia de grandes artistas internacionales y nacionales de nuestro Rock Argentino.


Mis piezas favoritas:


El micrófono y la fotografía firmada por Phil Collins durante el tour “No Jacket Required” 

El traje que utilizó Paul Mc Cartney en la película “A Hard Days Night”.

La remera de Rod Stewart usada en un concierto en 1970.

Una de las mejores es la guitarra de Richie Sambora (Bon Jovi).

Las botas de cuero de Michael Jackson.

La remera de Fito Páez, con la cual promocionó su exitoso álbum “El Amor después del Amor”.

Imperdible el sobretodo de Gustavo Cerati (Soda Stereo), utilizado para grabar el vídeo de “Música Ligera”.

El piyama de Gustavo Cordera (Bersuit Vergarabat), usado durante el concierto en Obras en 1999.


Time to eat!



Mi plato preferido, el Jumbo Combo: aros de cebolla, alitas de pollo con salsa barbacoa, chicken fingers, papas asadas y los rollitos de queso!!! Ideal para ahogarlos en las 4 salsas que te traen! Podes seguirlos a través de su Fan page en Facebook y así enterarte de los conciertos y eventos que se organizan dentro del restaurante. Y si sos de los que van a todos los Hard Rock del mundo, podes hacerte de su tarjeta y disfrutar de los privilegios! Entra a la web y enteráte como hacerte miembro! 


BUENOS AIRES DESIGN



Es el único shopping temático enteramente relacionado con el diseño, equipamiento y decoración. 
Podes encontrar las mejores marcas y casas que marcan tendencias en las revistas de diseño.

Paseando vi esta mesa hecha con troncos de árboles... ¿Qué te parece? A que es super original!!!


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Sunday, October 6, 2013


Dejó Paraná un 5 de marzo con destino a Oceanía y parte de Asia, mochila al hombro y unos pocos dólares en el bolsillo, viaja sólo, para estar predispuesto a vivir aventuras y nuevas posibilidades.



“Tengo más cuentos que contarte que García Márquez”, es el lema que lo lleva de ciudad en ciudad, sin lujos ni ataduras. Con base en Nueva Zelanda relata sus experiencias por Australia, Malasia y Tailandia. Desde noches como vagabundo, durmiendo en la estación de tren, a dormir en la selva con tres elefantes como mascota. “De sueños se alimenta la vida y todavía es hora de seguir viajando”.
Tiene en su bolsillo sólo 170 dólares, busca trabajos temporales, en su mayoría en fábricas, en el campo y en viñedos, plantando y recolectando todo tipo de vegetales y frutas. Ha sido maquinista, controlador de calidad, empaquetador, jardinero y lava platos en un restaurante. También trabajó en un parque de diversiones, lavando autos y en hostales, limpiando habitaciones, cocinas y baños a cambio de hospedaje. Tuvo la suerte de encontrar un trabajo como cocinero en un restaurante argentino-italiano, y gracias a su experiencia entrenar un equipo de hockey sobre patines.

¿Cómo era tu vida laboral en Argentina?
Trabajé de croupier en el casino City Center Rosario por dos años, pero nunca se me hubiese ocurrido limpiar baños y estando acá no me quedó otra alternativa, porque de lo contrario tenía que dormir en la calle. Soy muy autocritico, cuando limpiaba los baños de un hostal en Australia me decía a mí mismo “esto en Argentina no lo hubiese hecho ni loco”, quizás será por la visión de nuestra sociedad a la cual le gusta señalar con el dedo y el miedo a que lo señalen a uno, cosa que acá no sucede.

¿Qué pensás de nuestra realidad social ahora que estás en Nueva Zelanda y podes ver una sociedad distinta?
Es un tema muy delicado, creo que a mucha gente no le va a gustar mi opinión. Haber vivido fuera del país me abrió la cabeza. Salí de la burbuja en la que estaba. Lo más importante para mí, es poder caminar tranquilo sin pensar en salir a la calle y que puedan matarme por un celular. Tenemos un país muy rico en todos los sentidos, lástima que no nos gobiernan de forma correcta, la política no me interesa, nadie me ha dado el ejemplo a seguir, y ningún político me inspira confianza. Aun así, le agradezco a quien comande el universo de haber nacido en Latino América y más aún ser argentino. No creo que seamos mejores ni peores al resto del mundo, solo que somos muy diferentes.

Viviste también en Australia ¿Cuál fue tu impresión de su sociedad?
Viví 3 meses y fue una sorpresa agradable, es un país enorme pero caro. Se vive muy bien. Si tenés la posibilidad de conseguir un trabajo fijo, te podes dar el gusto que quieras, además el dólar australiano es muy poderoso con respecto a las otras monedas, lo que me permitió viajar. El problema que tenemos los argentinos acá es conseguir la visa de trabajo.
Australia es un punto turístico altamente recomendable, pero como dije antes, es caro. Las playas son increíbles, los centros comerciales son de película y disfrutas caminar por la calle (no hay necesidad de estar pendiente de tu bolso). También viví un tiempo en Surfers Paradise, autos de alta gama, gente haciendo deporte en la costanera, surferos en la playa, mujeres en bikini por la calle, bares y fiestas, era como vivir dentro de un video clip de hip hop.


¿Habrás aprendido a surfear? Ya que sos amante de los deportes extremos.
Quise, pero duré poco en el agua, el tema de los tiburones no es nada agradable. Desde la orilla alcanzas a ver una red a 300 metros que “intenta” mantenerlos fuera de tu alcance, y los helicópteros sobrevuelan la playa en busca de alguno que se haya colado por los costados de la red, la cual tiene unos 5 kms., más o menos, pero no termina en la costa y están libres de pasar por los extremos.
Ahora estoy practicando “Agressive Skate”, toda mi vida jugué al hockey sobre patines, a los 3 años ya estaba sobre ruedas. Acá hay acceso a pistas exclusivas y se preocupan por desarrollar el deporte. Sería genial tener algo así en Paraná, exclusivo para los fanáticos del skate, las bicis y el patinaje extremo. Sería una forma de alejar a los jóvenes de las calles.

¿Cómo se comporta los ciudadanos con los extranjeros?
Un punto en contra del país, es que conocí muy pocos australianos, como me paso en Nueva Zelanda, estos países están prácticamente manejados por asiáticos. Pero es el primer mundo, apenas salís del aeropuerto lo notas en los autos, las calles, la gente, la limpieza.
En Nueva Zelanda, todos son muy amables. Viví en Waiheke Island, ahí es muy frecuente perderte, lo primero que haces al bajarte de un colectivo es agarrar un mapa. Parado en una esquina, saqué el plano de mi bolsillo y de pronto empezaron a detenerse autos para preguntarme si estaba perdido. Literalmente, se bajan del auto, te preguntan dónde querés ir y no importa cual fuera el destino hacia donde se dirigían ellos, te hacen subir y te llevan hasta la puerta!

¿Y la seguridad?
Podes salir a caminar con el bolso lleno de dólares, que si se te cae te lo devuelven. Salen avisos en los diarios diciendo “se encontró celular Iphone 5, para recuperarlo llamar al número 387474”, “encontré cámara de fotos”.
Me sorprendió el actuar de la policía, ellos no tienen el cartel en la frente de “soy policía y soy más que vos”, actúan como personas normales, te saludan, te dan la mano, se ríen, hacen chistes, pero a la hora de los problemas es mejor no estar cerca de ellos porque son bastante bravos. Supongo que son así, porque acá todo funciona de maravillas, tienen tan poco trabajo que se ponen a controlar el tránsito.

Sin duda sería uno de los mejores lugares para vivir ¿no?
Sí, con dinero claro. Tuve la mala suerte de tener que dormir en la calle, porque no tenía ni un centavo. Por lo que decidí quedarme en la estación de trenes hasta encontrar la forma de ganar dinero. Me sorprendió la cantidad de indigentes que hay, pasé dos noches hasta que una chica lituana, que trabajaba con indigentes, me alojó en su casa y me ayudó a conseguir trabajo en un hostal limpiando baños a cambio de hospedaje. Así conocí gente increíble, recuerdo que los chicos del hostal me regalaban sus bonos de comida y tragos para los bares, de esa manera sobreviví un mes y medio.

¿Habrá sido una experiencia fuerte, ser vagabundo aunque sea por dos días?
Fue muy duro, no podía creer la cantidad de vagabundos que había, la lituana que me ayudó me contó que era gente que había dejado su vida de lado y que había adoptado esa forma de vivir. Me aconsejó, que si alguna vez me encontraba de nuevo en esa situación, me acerque a ellos y les pregunte por los centros de ayuda. Lo que más me impactó fue cuando me dijo “en esa estación de trenes tenías dos médicos, un abogado y un ingeniero”.

De Nueva Zelanda te fuiste a Malasia, conociste las famosas y majestuosas Torres Petronas y luego viajaste a Tailandia durante 35 días. Culturas totalmente distintas a las nuestras: selvas, peleas de ring, arañas gigantes y elefantes como mascotas ¿Cómo comenzó el viaje?


Tailandia es maravilloso, me enamore de ese país. Lo recorrí de sur a norte, fue más de lo que esperaba. Llegué con un poco de miedo por todas las negativas que surgen de las típicas charlas entre viajeros, pero para eso tengo una frase… “no dejes que nadie te cuente la historia y te meta sus miedos, viví tu experiencia”. Comencé en Hat Yai, un pueblo pequeño, con muchos mercados en la calle, por 7 pesos argentinos (40 Bath) se podía comer todo tipo de alimentos: desde insectos como alacranes, gusanos, cucarachas hasta arroz frito con verduras y carne, (de pollo o de vaca, según lo que ellos dicen, pero lo más seguro que haya sido perro). En muchos lugares, te servían la comida dentro de bolsas de plásticos, tanto las sopas como lo sólidos, era una forma extraña de reemplazar los platos.

¿Cómo siguió tu recorrido?
Pasé dos noches en Hat Yai, recorrí las calles por la tarde y por la noche. Me gusta caminar, mezclarme con la gente del lugar, con su cultura e intentar aprender algunas palabras en su idioma, que te atiendan en un restaurante, ir a pagar y no saber lo que te están diciendo hasta llegar al punto de agarrar lápiz y papel para mostrarte cuánto es la cuenta, o tomar una cerveza y ponerte a charlar con alguien que no te entiende nada, literalmente las risas van y vienen, pero la comunicación no fluye.  

Siguiente destino fue la ciudad de Krabi donde tomaste el ferry para la famosa isla de Koh Phi Phi, lugar donde se filmó la película “La Playa” con Leonardo Di Caprio.
Es el lugar más turístico, por excelencia, en Tailandia. Al llegar los vendedores te saltan como canguros ofreciéndote lo que sea: lugar para dormir, comida, ropa, relojes, equipo de buceo y excursiones. Todas las noches las fiestas comienzan con espectáculos de fuego, y los bares, con distintos estilos de música, se encuentran uno pegado al otro, a lo largo de la playa.

De la isla, te dirigiste a la capital y ciudad más poblada de Tailandia, Bangkok ¿Qué diferencia hay con las otras ciudades?
Bangkok es una ciudad totalmente diferente y única, no duerme, las 24 horas al día hay algo para hacer. Por las calles, encontrás puestos de comidas, donde los alacranes, las arañas, gusanos, grillos entre otros insectos son la atracción para el turista.
Todas las noches me sentaba en el cordón de la calle principal a tomar una cerveza y observaba a la gente. La multitud yendo y viniendo, bailando, travestis y prostitutas buscando clientes, artistas callejeros y la policía recorriendo el lugar. Era una locura armoniosa, personas culturalmente distintas compartiendo sus vacaciones sin problemas. A veces algún extraño se acercaba para preguntarme si estaba solo e invitarme a tomar un trago en un bar.

Luego llegaste a Chiang Mai, ¿Por qué fue la ciudad que más te gustó?
Fue la ciudad donde puede vivir en la selva con las tribus autóctonas. El primer día, fuimos al campamento de las Long Neck -mujeres de cuello estirado-, me impresionó ver sus cuellos estirados por las argollas, niñas de tan sólo 5 años comenzando a ponerse los aros con el fin de presionar la clavícula hacia abajo y de esa manera estirar su cuello.
Para llegar al campamento, caminamos 6 horas adentrándonos en la selva con paradas en lugares increíbles: desde cascadas y piletas naturales llenas de pececitos de colores hasta el hogar de los elefantes. Al llegar nos recibió una familia, nos ofrecían sus artesanías y nos quedamos a dormir ahí, en casas hechas de bambú. 
Fue una experiencia única, poder compartir la noche con los lugareños, ellos viven directamente de la tierra, se mimetizan con la jungla, llevan el Mai Thai (lucha tailandesa) en la sangre, tuve la oportunidad de subir a un ring a pelear, lástima que fue contra un francés, pero el ambiente se sentía en la piel. Lo que más me fascinó, fue experimentar lo visto en los documentales, dormir en el corazón de la selva con elefantes, monos y arañas gigantes y peludas.

¿Y de ocio qué actividades hacen?
Son fanáticos del futbol, les contás que sos argentino y enseguida nombran a Messi y a Maradona.
En los atardeceres, especialmente en las playas, me sentaba a verlos jugar, forman un círculo entre 10 personas y empiezan a hacer jueguitos pasándose la pelota como si jugaran al vóley, no se les caía nunca al suelo. La pelota es más chica de lo normal, está hecha de un material raro, como bambú, tejida con pequeños espacios en forma de triángulos. Intenté jugar con ellos pero casi dejo el pie en la pelota, de lo dura y pesada que era.

Entre tanta maravilla ¿Hubo algo que no te gustó?
El cigarro echo de hojas de palmera, prensada como un habano, me dieron a probar y me dejó un poco mareado, al fumarlo no es fuerte pero el efecto que causa no me gustó.
Y sin duda ver a los elefantes encadenados, me dio tristeza y me dejó pensando como una criatura tan grande y con una fuerza indescriptible se deje dominar por un ser tan pequeño como el hombre.

Viajas, en su mayoría, sólo ¿Cuál es el encanto?
Lo bueno de andar viajando sólo, es hacer lo que uno quiera en el momento de lo desee. Me ha pasado, muchas veces, estar en un bar y que la gente al verme solo, se me acerque a invitarme a sentarme con ellos. Una noche conocí a un grupo de Thai (por suerte hablaban inglés), charlamos de fútbol todo el tiempo y luego en la mesa de al lado, había un grupo de chicas quienes me invitaron a bailar, agradezco haber nacido en Latino América y tener algo de ritmo en las caderas.

Y ahora estas de vuelta en Nueva Zelanda, trabajando y ahorrando dinero ¿Qué sigue?
Ahora tengo permiso de trabajo y estoy en una fábrica. En principio, mi idea era terminar la carrera de Cine, pero por distintos motivos no lo he podido concretar.
Quiero seguir viajando, haciendo pequeños documentales de los lugares que recorro y ponerle mi mirada al mundo desde la fotografía. Muchos me dicen por qué no me vuelvo pero acá estoy creciendo cada día un poquito más, con o sin dinero, como dice la canción “tengo más cuentos que contarte que García Márquez”. Por suerte, mi familia me apoya mucho. Cuando me subí al avión surgieron las dudas pero a medida que fue pasando el tiempo conocí personas oriundas de ciudades que nunca había escuchado y que muero por conocer.

Por lo pronto, hasta no ir al Pasaje de Termopilas en Grecia, no paro.